
Éste tipo de fotografías de cabras peleándose me encanta, aunque es complicado congelar un instante que esté decente. En ésta ocasión decidí dejar a ambos machos a la derecha de la imagen para que los últimos neveros del Barranco de S. Juan dieran más protagonismo a la escena. Aunque quedan bastantes meses para el celo, los jóvenes machos se "entrenan" subiéndose a grandes rocas para estrellar sus cornamentas.