sábado, 4 de noviembre de 2017

Bajando el acantilado



                 Sólo el leve rumor del mar contra las rocas, nos distrae por unos instantes de tan bella estampa. Este solitario macho montés, en el ya avanzado celo otoñal, anhela con desesperación alguna hembra en la que perpetuarse y dejar la impronta de sus genes. Este ritual amoroso, se repite cada año, prácticamente en las mismas fechas del calendario, aunque este, en el litoral granadino, se haya adelantado varias semanas. El gran problema del cambio climático, que ya sufrimos, puede que tenga parte de culpa de este comportamiento o no, quien sabe pero las expectativas no son nada halagüeñas y es responsabilidad de todos intentar revertir este problema.


Saludos a todos.