Como continuación a la entrada de ayer, otra "postal" de la costa granadina. En ésta ocasión, fotografía tomada hace unos años en la misma zona justamente que la anterior entrada. Con el mar en calma como fondo, de nuevo este joven de cabra montés es sorprendido al borde del acantilado en una tarde fría de invierno. Como suele ocurrir en muchas fotografías, siempre hace falta una pequeña dosis de suerte para estar en el momento justo para la consecución de la toma, sumándole asi mismo paciencia en la búsqueda de la imagen soñada y algo de forma física para alcanzar los lugares aislados que frecuentan éstos mamíferos.
Un saludos a todos.
Cuanta paciencia debistes poner a esta foto para captar el momento en que se acerca ...y con sigilo inmortalizas ese precioso momento donde aquella que vive alejada acude a la inmensidad de ese mar que se mece ,cada tarde,entre la tierra y el cielo!!!
ResponderEliminarBonito trabajo...y bendecido quedas...por ese don que mes a mes nos muestra!!!
Un besote...amigo mio..!!!