martes, 14 de octubre de 2014

Montés en Cerro Gordo


             Inmensa soledad a la par que una grandiosa relajación la que nos depara este enclave granadino. Muy conocido entre los fotógrafos, que nos pateamos la sierra en busca de las monteses en las altas cumbres y que anhelamos casi con ansiedad preocupante, la captura de éstos ungulados en otros enclaves, como el de la entrada de hoy, se presupone casi una obligación. Encontrarse a las monteses apenas unos metros del mar, como si se encontrasen "colgados" desde una acantilado decenas de metros abajo, es un espectáculo y no menos asistir a sus ejercicios equilibristas en las paredes de roca donde apenas caben sus ágiles pezuñas, intentando escapar del intruso que invade, por un día, su territorio.


Saludos a todos.

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