
Abundante flora la que rodea a este ejemplar de Callophrys rubi, ensimismado en su tarea de libar, su verde esmeralda destaca sobremanera entre los amarillos primaverales de nuestra querida Sierra Nevada. A veces, o quizá en muchas ocasiones, me pregunto como podemos, los seres humanos, destrozar tanta belleza. La Tierra pide a gritos una tregua ante tanto despropósito diario.
Saludos a todos.
Saludos a todos.
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